lunes, 17 de noviembre de 2014

ADOPTAR UN GATITO






Antes de dejarte  llevar por las tiernas imágenes de gatitos recién nacidos, con sus ojitos atrayentes, debes pensar en el futuro, y también en los inconvenientes. Esos ojos que nos encandilan, ese cuerpecito que pide calor, se convertirá en poco tiempo en un pequeño gato juguetón (y destrozón), y más tarde, en un gatazo, con todas sus necesidades de alimento y cuidados. No es un juguete.

Cuando decidí adoptar un gatito, me dí cuenta de que carecía por completo de experiencia en el cuidado de animales domésticos, así que opté por informarme antes de tomar una decisión definitiva. Leí sobre su carácter, sus costumbres, el tipo de alimento que necesitan, los cuidados veterinarios...
Como soy una persona bastante obsesiva y perfeccionista (además de indecisa),  tanta información me asustó y  decidí que un gato en casa podría llegar a ser una fuente inagotable de problemas.  Pero justo cuando decidí NO adoptar, la familia me regaló un gatito.

No puedo negar que al principio no me hizo mucha gracia, pero era tan pequeño, estaba tan indefenso, que decidí ponerme las pilas y convertirme en una buena "humana" adoptante.
Su madre había muerto, la dueña de la camada no podía mantenerlos, y viviendo en un pueblo, su destino era terminar en las calles y buscarse la vida.
Dejé de pensar en todos los contras y disfrutar de los beneficios.

Lo primero que hice fue pedir cita con un veterinario que le hiciera una revisión completa y me orientase sobre cómo debía cuidarle.
En la consulta le desparasitaron externamente con una pipeta de Stronghold (yo no le había visto nada el día anterior, pero la veterinaria le descubrió un par de pulgas). Además me recetaron un jarabe para los parásitos internos.
El primer diagnóstico fue el de un cachorro de apenas dos meses, con un estado de salud  excelente.
La veterinaria me recomendó alimento de gama alta, me habló sobre los distintos tipos de arena para gatos, hablamos de la castración y de un montón de cosas más, que yo, como buena primeriza, desconocía.
Tentada estuve de sacar un cuaderno de notas y decirle "¿podrías por favor repetirme los tres primeros minutos de charla,en los que me abstraje y preocupé con lo de las pulgas, y luego los otros cinco después del rato que me concentré, antes de volver a distraerme con lo de los parásitos internos?"...pero realmente no procedía explicarle a aquella chica tan maja, que soy pelín ansiosa, me preocupo con facilidad y esto en principio parecía quedarme grande.

Volví a casa con la idea firme de coger el "toro por lo cuernos". Mucha gente tenía gato y había sobrevivido a él sin grandes daños o preocupaciones, así que seguramente yo también sería capaz, una vez superado el pánico inicial, de quererlo, cuidarlo y disfrutarlo.

La administración del jarabe antiparásitos resultó una empresa aún más difícil de lo que había imaginado e hizo tambalear mis propósitos de superación. Se convirtió en una batalla campal en toda regla. Incluso momificándolo (envolviéndolo por completo en una toalla, para no darle la oportunidad de moverse o arañar), y con ayuda de algún miembro de la familia, la cosa siempre terminaba con derramamiento de sangre (la mía).
Dentro de un año, en la próxima revisión, a Dios pongo por testigo, que no me dejaré embaucar con más jarabes. Me han dicho que hay unas pastillitas muy prácticas para ese asunto de la desparasitación interna.


Hasta ahora todo ha transcurrido fenomenal en cuanto a su salud se refiere. Come bien, está ágil y activo (en exceso para mi gusto), ha crecido bastante en dos meses, y se muestra siempre muy despierto (excepto cuando duerme, obviamente).
Tiene tendencia a hacer trastadas, sin ser un gato especialmente travieso. La curiosidad le puede y se mete en líos con relativa frecuencia.
Tan pronto se le queda una bolsa  de papel enganchada a una pata y se vuelve loco, como se lanza de cabeza contra un mueble porque ha calculado mal la distancia al ratoncito de peluche que pretende cazar. Si abres un cajón es posible que desaparezca en su interior o que pretenda lanzarse al cubo lleno de agua de fregar.
El aspirador es el animal más temible de la casa y podrá despeñarse o derrapar por el pasillo, con grave riesgo de colisión, con tal de escapar de su rugido amenazador.
Destrozos la verdad es que no ha hecho muchos, pero tenemos que andar con cuidado y vigilancia. Le tiene el ojo echado a una esquina del sofá, y a las cortinas del salón.
Hemos probado el truco del spray con agua para evitar que se lance sobre ellas, pero no funciona. Si está en el salón y queremos conservarlas, no nos queda más remedio que recogerlas, y apartarlas de su alcance. En cuanto a su inclinación a rascar la esquina derecha del sofá (que no la izquierda), hemos probado a ponerle un rascador cerca o echarle spray con vinagre a la tela, a modo de ahuyentador natural.

Inconvenientes "haberlos haylos", pero ventajas también.

Este es mi primer gato, así que tampoco puedo hablar desde una vasta experiencia, pero lo cierto es que ha resultado ser un animal increiblemente cariñoso al que le gusta mucho estar con nosotros, en nuestros brazos, sintiendo nuestro calor. Ya forma parte de la familia. Mis hijos le adoran y parece que es recíproco.
Suele ir a la puerta de entrada en cuanto escucha el timbre o el sonido de la llave, y tiene por costumbre ir a recibir a todos, cuando vamos llegando.
En los momentos de relax es igual que un peluche ronroneador en tus brazos, y se puede pasar horas junto a tí, por puro placer de sentirse arropado.
Es increíblemente limpio ,y desde el primer día sin excepción, usa la arena el solito.
Además, se asea bien después de comer, y en otros momentos del día, sin motivo aparente, también invierte algún tiempo en darse un buen "fregado".
Nunca lo hemos bañado y sin embargo su pelaje se muestra muy limpio y sus patas y abdomen (completamente blancos) relucen, a pesar de sus idas y venidas y "reboces" diversos por suelos y alfombras.

ALGUNOS CONSEJOS QUE NOS HAN FUNCIONADO


ALIMENTO

Casi desde el primer día optamos por pienso considerado de "alta gama", basicamente proteico, y sin subproductos animales ni vegetales.
Como era una completa ignorante en este asunto, busqué información en internet, y le hice un tercer grado tanto a la veterinaria como a las diferentes amigas, humanas adoptantes, con experiencia.
Escogimos la marca Applaws, basicamente por su composición, aparentemente muy buena. El pienso lo complementamos con latas y patés de la misma marca.
Cierto es también, que varias amigas han criado gatos saludables y longevos con piensos de supermercado, y esos mismos mininos parecían llevar vidas plenamente felices.
El tiempo dirá si seguimos en esta línea o según vaya creciendo, le castremos etc... cambiemos de marca.





ARENA

Hemos probado varios tipos y optado por un cambio regular y frecuente  (soy un poco escrupulosa con estas cosas) con arena normal, ni aglomerante ni de sílice ni nada similar. De las que conozco de supermercado, la que más me gusta es la de Lidl, además de ser la más barata.
Su caja tendrá que crecer con él, pues la original se le queda pequeña.

JUGUETES

Imprescindible hacerse con un rascador y una buena colección de ratoncitos, pelotas, plumeros etc.
Con el rascador hemos tenido que insistir bastante. Llevarle a él, cogerle la patita, intentar que rasque.
Hoy he comprobado que ya lo rasca por propia voluntad, cosa por otro lado muy deseable, y que le aleja de la esquina derecha de nuestro sofá.





Adoptar un gatito es una experiencia muy enriquecedora y amorosa, pero no debe ser tomada a la ligera, pues necesariamente aportarán más trabajo y alguna que otra trastada al día a día.
Sin embargo llenarán tu hogar de cariño incondicional, y como dice la canción, "no es que la casa, no estuviera llena, pero si algo faltaba, lo tenemos"





viernes, 14 de noviembre de 2014

PREMENOPAUSIA: EMPIEZA LA FIESTA








Este post quizás debería titularse "De cómo volverse loca por causas ajenas a una misma, y no morir en el intento".
Lo de la fiesta que empieza, sería otra forma de verlo.
Y es que si nuestras hormonas femeninas nos habían acompañado de un modo más o menos predecible, ahora empiezan a descontrolarse, como si de una borrachera se tratase.

Tras la pubertad,habíamos logrado acostumbrarnos  a sus idas y venidas, a sus días buenos y malos, y los esperábamos con su ritmo constante, con su cadencia conocida..."hoy todo es genial y yo estoy estupenda", "hoy estoy fea y triste y el mundo me cae fatal", y así cada mes, cada ciclo, pasábamos del bien al mal atravesando el regular, de una manera placidamente cíclica.
Y un día, cuando rondas los cuarenta, un pequeño cambio, apenas perceptible. Nada importante, quizás una pequeña modificación en la duración de tu ciclo, quizás una menstruación más larga o abundante de lo habitual. Pequeñas variaciones que se van instaurando, como leves vueltas de tuerca.
Y poco a poco, naipe a naipe, el castillo va cambiando de forma.

Alguna noche de verano te despertarás envuelta en sudor, pensando que desde luego "ese" es el verano más caluroso de toda la historia.
Inexplicablemente el resto de tu familia duerme placidamente en medio del calor abrasador,¡ por Dios, si tu misma estás al borde de la auto combustión!.
Es como si algún ente maligno se dedicase a subir el termostato, para bajarlo después. Y no sólo eso. Te esconde las cosas, hace que olvides tus citas, los nombres de la gente...hasta las palabras a veces tardas en encontrar. Puedes sentirte tremendamente ansiosa sin motivo aparente, y sufres rachas de "terribilitis" y catastrofismo.
A veces hasta una leve sospecha pasa por tu mente : "¿Me estaré volviendo loca?".


Hay algunas afortunadas para quienes este proceso de transición de la vida fértil, a la infértil, no es una como una montaña rusa, y lo viven con sosiego, sin apenas cambios notables.
Otras, sin embargo, notamos una metamorfosis kafkiana, ante cuyos primeros síntomas, nos plantamos en la negación..."es imposible, soy demasiado joven"...
Mientras, cierto desasosiego nos invade..."veamos, la mujer pasa por unos 400 ciclos menstruales a lo largo de su vida. Digamos que he consumido unos 380 (saco mi móvil en función calculadora), y que de los dos ovocitos fertilizados, uno se presentará a la PAU este mismo curso, y el último ya está en Secundaria"...
Y mientras piensas todo esto, te invade una especie de vértigo...de incredulidad "¿me estoy convirtiendo en mi madre o lo que es aún peor, me estoy convirtiendo en mi abuela?"...
Pues sí, "eso" que nunca iba a ocurrir, o al menos "eso" en lo que no pensabas de una manera seria (inconscientemente soñabas con que a TI se te arreglaría de algún modo... ¡caramba con lo deportista que tu eres, y lo estupendamente que te conservas!), ha llegado.

¿Llevas meses con la ansiedad disparada?. ¿Te sientes triste sin motivo aparente? Quizás tus niveles de progesterona se han desplomado. O quizás sean los estrógenos. O ambos. O sufras de lo que se denomina "predominio estrogénico". La disminución de tu reserva folicular, hará descender tus niveles de algunas hormonas, rompiendo el equilibrio antagónico con las otras.
Alternarás seguramente, ciclos ovulatorios, con ciclos anovulatorios, y este vaivén afectará a muchas cosas, entre ellas a tu estado de ánimo.


No estarían de más unos análisis hormonales.
Me he encontrado con cierta reticencia a solicitarlos, por parte de los médicos.
Los protocolos son tan estrictos, que funcionan como una cadena de montaje.
¿Mayor de 40 o 45?. Revisión, ecografía, mamografía.
¿Que sufres de ansiedad o palpitaciones?. Ansiolíticos.
¿Que estás triste, cansada, sin fuerzas?. Antidepresivos.
Ya está. Así funciona la cadena. No necesitas saber nada más. Haz caso a tu médico y tómate los antidepresivos. Y si tienes las reglas muy abundantes ponte un DIU hormonal, que es la bomba de bueno y frenará la proliferación de tu endometrio. No preguntes mucho. Déjate llevar. No leas nada en internet que hay muchas tonterías escritas.

Será que soy una rebelde, o una trastornada, pero nunca me ha gustado esa tendencia al paternalismo,  a darle a la población la información que necesita (pero siempre marcando ellos los límites de esa necesidad, como presuponiendo una capacidad limitada de comprensión o de conocimientos).
Lo cierto es que no hay mucho publicado en español sobre la premenopausia, o al menos no tanto como en inglés.
En lo que no hay duda es en que tu vida fértil toca a su fin. De hecho, si aún no has sido madre y deseas serlo, deberías darte mucha prisa. Es posible que ya estés incluso fuera de plazo. Las posibilidades de embarazo después de los 45 son muy bajas, casi milagrosas.
Poder se puede, mientras haya óvulos viables, pero los riesgos son altos.
Has de pensar que tus óvulos te acompañan desde el nacimiento y es posible que la mayor parte de los que quedan estén ya dañados, por haber estado expuestos a la contaminación, a los químicos, a las radiaciones que han pasado por ti, durante todos estos años. Por eso no es posible ser donante de óvulos, si se tienen más de 35 años, y por eso también se aconseja someterse una misma a ovodonación, en caso de querer embarazarse, superada cierta edad.

Así que sí. Lamento decírtelo, pero estas transitando hacia la menopausia, por un camino seguramente lleno de vaivenes, de sube y baja, hasta que finalmente la montaña rusa se detenga, quizás dentro de unos meses, o quizás dentro de unos años.

Habrá que ver cómo lo gestionamos...pero esa, es otra historia.