Washington es una ciudad de esas que no decepcionan.
Independientemente de lo que hayas leído, o imaginado sobre
ella, es posible que la experiencia supere las expectativas.
Hace un mes tuvimos la fantástica oportunidad de visitar la
ciudad durante tres días.
El viaje estaba organizado por la empresa de mi marido y
realmente no teníamos mucho radio de acción. Aun así, aprovechamos cada minuto
y visitamos contra reloj todo lo visitable.
Nuestra primera parada fue el Lincoln´s Memorial,
coincidiendo además con uno de sus homenajes a los veteranos de distintas
guerras. Toda una experiencia.
Aparte de tener la oportunidad de poder charlar con algún
veterano de la II Guerra Mundial, el sólo hecho de estar allí te hacía sentir
como en una película.
Casi casi pude ver a Jenny saltando al agua en medio del
discurso de Forrest Gump, gritando en medio de la multitud “Forrest, Forrest”.
Tras la comida nos acercamos hasta la Casa Blanca e hicimos
las fotos de rigor.
Mención requiere la reivindicativa Conchita. Una gallega de
Lugo, que lleva 35 años protestando delante de la morada del Presidente.
Cuenta la historia que comenzó protestando porque le
retiraron la custodia de su hija, a favor del padre americano de la criatura, y
años después, siguió manifestándose por una pequeña parte de las injusticias
que se suceden año, tras año, en este mundo nuestro.
Siguiente parada: Georgetown.
Sólo nos permitían una hora de “libertad”, así que
renunciamos a regresar al hotel con el resto de la comitiva, y recorrimos la
ciudad hasta bien entrada la noche.
Georgetown tiene un maravilloso encanto . Sus casas bajas
coloreadas, sus calles empedradas, la Universidad en lo alto, conforman un
pintoresco paisaje.
Tampoco aquí pudimos librarnos de las referencias
cinematográficas, y logramos tomar alguna foto delante de la casa y las
terribles escaleras de EL Exorcista.
En los dos días siguientes logramos compilar un montón de
visitas interesantes, bajo un calor y un sol sofocante.
El Jefferson´s Memorial, El Museo del Aire y el Espacio (de
vuelta a un montón de películas con temática “aérea”), El Monumento a George
Washington, desde el cual se puede
contemplar todo Washington, El Capitolio, Los Archivos Nacionales y la
Biblioteca del Congreso.
Creo que , a pesar de lo apurado del viaje, pudimos hacernos
una idea bastante completa de la ciudad, y además, comernos alguna buena
hamburguesa en el Hard Rock Café. No podía faltar.