viernes, 14 de noviembre de 2014

PREMENOPAUSIA: EMPIEZA LA FIESTA








Este post quizás debería titularse "De cómo volverse loca por causas ajenas a una misma, y no morir en el intento".
Lo de la fiesta que empieza, sería otra forma de verlo.
Y es que si nuestras hormonas femeninas nos habían acompañado de un modo más o menos predecible, ahora empiezan a descontrolarse, como si de una borrachera se tratase.

Tras la pubertad,habíamos logrado acostumbrarnos  a sus idas y venidas, a sus días buenos y malos, y los esperábamos con su ritmo constante, con su cadencia conocida..."hoy todo es genial y yo estoy estupenda", "hoy estoy fea y triste y el mundo me cae fatal", y así cada mes, cada ciclo, pasábamos del bien al mal atravesando el regular, de una manera placidamente cíclica.
Y un día, cuando rondas los cuarenta, un pequeño cambio, apenas perceptible. Nada importante, quizás una pequeña modificación en la duración de tu ciclo, quizás una menstruación más larga o abundante de lo habitual. Pequeñas variaciones que se van instaurando, como leves vueltas de tuerca.
Y poco a poco, naipe a naipe, el castillo va cambiando de forma.

Alguna noche de verano te despertarás envuelta en sudor, pensando que desde luego "ese" es el verano más caluroso de toda la historia.
Inexplicablemente el resto de tu familia duerme placidamente en medio del calor abrasador,¡ por Dios, si tu misma estás al borde de la auto combustión!.
Es como si algún ente maligno se dedicase a subir el termostato, para bajarlo después. Y no sólo eso. Te esconde las cosas, hace que olvides tus citas, los nombres de la gente...hasta las palabras a veces tardas en encontrar. Puedes sentirte tremendamente ansiosa sin motivo aparente, y sufres rachas de "terribilitis" y catastrofismo.
A veces hasta una leve sospecha pasa por tu mente : "¿Me estaré volviendo loca?".


Hay algunas afortunadas para quienes este proceso de transición de la vida fértil, a la infértil, no es una como una montaña rusa, y lo viven con sosiego, sin apenas cambios notables.
Otras, sin embargo, notamos una metamorfosis kafkiana, ante cuyos primeros síntomas, nos plantamos en la negación..."es imposible, soy demasiado joven"...
Mientras, cierto desasosiego nos invade..."veamos, la mujer pasa por unos 400 ciclos menstruales a lo largo de su vida. Digamos que he consumido unos 380 (saco mi móvil en función calculadora), y que de los dos ovocitos fertilizados, uno se presentará a la PAU este mismo curso, y el último ya está en Secundaria"...
Y mientras piensas todo esto, te invade una especie de vértigo...de incredulidad "¿me estoy convirtiendo en mi madre o lo que es aún peor, me estoy convirtiendo en mi abuela?"...
Pues sí, "eso" que nunca iba a ocurrir, o al menos "eso" en lo que no pensabas de una manera seria (inconscientemente soñabas con que a TI se te arreglaría de algún modo... ¡caramba con lo deportista que tu eres, y lo estupendamente que te conservas!), ha llegado.

¿Llevas meses con la ansiedad disparada?. ¿Te sientes triste sin motivo aparente? Quizás tus niveles de progesterona se han desplomado. O quizás sean los estrógenos. O ambos. O sufras de lo que se denomina "predominio estrogénico". La disminución de tu reserva folicular, hará descender tus niveles de algunas hormonas, rompiendo el equilibrio antagónico con las otras.
Alternarás seguramente, ciclos ovulatorios, con ciclos anovulatorios, y este vaivén afectará a muchas cosas, entre ellas a tu estado de ánimo.


No estarían de más unos análisis hormonales.
Me he encontrado con cierta reticencia a solicitarlos, por parte de los médicos.
Los protocolos son tan estrictos, que funcionan como una cadena de montaje.
¿Mayor de 40 o 45?. Revisión, ecografía, mamografía.
¿Que sufres de ansiedad o palpitaciones?. Ansiolíticos.
¿Que estás triste, cansada, sin fuerzas?. Antidepresivos.
Ya está. Así funciona la cadena. No necesitas saber nada más. Haz caso a tu médico y tómate los antidepresivos. Y si tienes las reglas muy abundantes ponte un DIU hormonal, que es la bomba de bueno y frenará la proliferación de tu endometrio. No preguntes mucho. Déjate llevar. No leas nada en internet que hay muchas tonterías escritas.

Será que soy una rebelde, o una trastornada, pero nunca me ha gustado esa tendencia al paternalismo,  a darle a la población la información que necesita (pero siempre marcando ellos los límites de esa necesidad, como presuponiendo una capacidad limitada de comprensión o de conocimientos).
Lo cierto es que no hay mucho publicado en español sobre la premenopausia, o al menos no tanto como en inglés.
En lo que no hay duda es en que tu vida fértil toca a su fin. De hecho, si aún no has sido madre y deseas serlo, deberías darte mucha prisa. Es posible que ya estés incluso fuera de plazo. Las posibilidades de embarazo después de los 45 son muy bajas, casi milagrosas.
Poder se puede, mientras haya óvulos viables, pero los riesgos son altos.
Has de pensar que tus óvulos te acompañan desde el nacimiento y es posible que la mayor parte de los que quedan estén ya dañados, por haber estado expuestos a la contaminación, a los químicos, a las radiaciones que han pasado por ti, durante todos estos años. Por eso no es posible ser donante de óvulos, si se tienen más de 35 años, y por eso también se aconseja someterse una misma a ovodonación, en caso de querer embarazarse, superada cierta edad.

Así que sí. Lamento decírtelo, pero estas transitando hacia la menopausia, por un camino seguramente lleno de vaivenes, de sube y baja, hasta que finalmente la montaña rusa se detenga, quizás dentro de unos meses, o quizás dentro de unos años.

Habrá que ver cómo lo gestionamos...pero esa, es otra historia.






No hay comentarios:

Publicar un comentario