Prosa sencilla, sin complicaciones. La trama fluye sin
perderse ni irse por los cerros de Úbeda, no sobra nada, quizás pueda faltar
algo, aunque una no sabe muy bien el qué.
Esta misma lejana sensación de final “inconcluso”, la tuve
con Lo que Esconde tu Nombre, de la misma autora.
En esta novela la trama gira en torno al famoso caso de
compra venta de neonatos en los años 70 y 80. Asunto, que hasta lo que yo sé,
sigue sin estar claro del todo.
En esta novela dos supuestas hermanas van narrando su vida
en primera persona. Verónica como sufriente hija de madre sufriente, a la que
han arrebatado a una recién nacida dos años antes del nacimiento de la propia
Verónica.
Y Laura, la supuesta niña robada.
Dos vidas radicalmente distintas, pero que parten ambas del
mismo hecho dramático.
Quedan algunos flecos en el aire, como ocurriera con Lo que
Esconde tu Nombre, pero la novela engancha de principio a fin.
El final se vuelve un poco violento sin saber muy bien por
qué, pero todo acaba volviendo a la calma de un modo u otro.
Me gusta especialmente el modo en que Clara Sanchez “sacude”
las no-conciencias de los culpables, como ocurriera en Lo que Esconde tu
Nombre, y como los culpables suelen
escabullirse, justificar, zigzaguear entre el bien y el mal, dando siempre la
vuelta de tuerca. Es la muestra de que el mal será justificado siempre por quienes
lo cometen, enarbolando la bandera del bien común, del deber cumplido, de la
moral justiciera, y ocultando el pequeño detalle del enriquecimiento material.
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